domingo, 30 de diciembre de 2012

XII - La Fiesta de la Sagrada Familia

Imágenes en el tiempo de Navidad. Cuando vemos la retransmisión de un acontecimiento importante por televisión, el regidor suele jugar con los planos cortos y con los grandes planos. Es frecuente que las cámaras de televisión den una visión de conjunto del lugar donde se realiza el acto y de todos los asistentes y, poco después, se vayan deteniendo pormenorizadamente en sus protagonistas principales, para poder mejor apreciar los distintos elementos que forman el conjunto.

Algo parecido, salvando las distancias con el ejemplo televisivo, sucede con la serie de festividades litúrgicas que tienen lugar durante el tiempo de Navidad. En la misa de la Nochebuena y, sobre todo, en la misa del día del 25 de Diciembre, con la lectura del prólogo del evangelio de San Juan, centramos nuestra atención en el misterio de la encarnación del hijo de Dios: “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14). El niño Jesús, que duerme en el pesebre, es el Hijo de Dios encarnado. El día 1 de Enero, festividad de Santa María, Madre de Dios, la liturgia nos encuadra la figura de la Madre. La joven de Nazaret, por ser la madre de Jesús, Dios y hombre verdadero, puede ser llamada con toda propiedad “Madre de Dios”, tal como fue proclamada solemnemente en el concilio de Éfeso (a. 431). El día de Reyes, el 6 de Enero, festividad de la Epifanía del Señor, celebramos, contemplando la figura de los magos de Oriente, al Hijo de Dios que se manifiesta a los pueblos paganos y que es adorado por aquellos extranjeros como Mesías y Rey de los judíos. A través de estos encuadres parciales, vamos considerando los distintos episodios del misterio de la Navidad. Pero falta todavía la imagen de conjunto del gran acontecimiento.

domingo, 23 de diciembre de 2012

XI - Navidad, el Nacimiento de Cristo

El Hijo de Dios se hizo hombre. La fe en la encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: «Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios» (1 Jn 4, 2). Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 463), la fe en que el Hijo de Dios se hizo hombre es la característica fundamental del cristianismo. San Juan, en su Evangelio, lo dice de una manera concisa y clara: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios...Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Jn 1, 1.14)

Se hizo hombre para salvarnos. En el Credo Niceno-Constantinopolitano -o forma larga de nuestra profesión de fe- confesamos: «Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre». Uno de los motivos para este grandioso acontecimiento en la historia de la humanidad es que Dios no nos abandonó tras la ruptura de la amistad con él tras el pecado de nuestros primeros padres, sino que, compadecido de los hombres, quiso reconciliarnos con él, enviando a su propio Hijo al mundo, hecho uno de nosotros.


domingo, 16 de diciembre de 2012

X - Las Parábolas de la Misericordia

Dios es Amor. El anuncio por parte de Jesús del reino de Dios es ante todo la manifestación de quién es Dios y de su amor por los hombres, que él ha creado. En el anuncio de Jesús, Dios se nos manifiesta plenamente y de un modo nuevo. Resumiendo esta dimensión fundamental del reino, el apóstol San Juan escribe: “Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados (1 Jn 4, 8-10). La frase Dios es amor representa la cumbre de la revelación bíblica y significa que Dios es todo amor y solo amor, que se ha manifestado en el envío de su Hijo al mundo y en el don del Espíritu Santo.
 
El trato de Jesús con los pecadores. Jesús, como Hijo del Padre y Dios como él, tuvo con los hombres y mujeres de su tiempo la misma actitud de amor que el Padre que le había enviado. Se comprende fácilmente las relaciones de afecto y cariño que Jesús tuvo con los judíos piadosos de las aldeas y pueblos que visitaba. Pero, lo que revela de modo más elocuente el amor de Jesús para con los hombres es su trato con los pecadores públicos y las personas moralmente fracasadas. Zaqueo, el publicano de Jericó, era una persona que cobraba impuestos abusivos a sus conciudadanos, quedándose con una buena parte de ellos. Jesús no lo desprecia, sino que, sorprendentemente, le dice: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa» (Lc 19, 5). Igualmente, en el convite que un notable fariseo da a Jesús en su casa, se presenta de pronto una mujer pecadora, una prostituta del lugar. Ante las miradas de reproche de los comensales, Jesús la defiende diciendo: «sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho /.../ Y dijo a la mujer: “tu fe te ha salvado, vete en paz”» (Lc 7, 47.50). Con todo ello, Jesús muestra la misericordia del Padre y el poder que el Señor tiene, como enviado de Dios, de perdonar los pecados, punto culminante de su obra salvadora de la humanidad.

X - Las Parábolas de la Misericordia

Catequesis de Mons. Escudero en Evangelización Digital



domingo, 9 de diciembre de 2012

IX - El Anuncio del Reino de Dios

El comienzo de la vida pública de Jesús. Tras su infancia y juventud en la casa de Nazaret, la actividad pública de Jesús comienza con un anuncio: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). El tema del “reino de Dios” impregna toda la predicación de Jesús. Todos sus pensamientos, su enseñanza, su acción y su destino giran en torno a él. Por eso, es imposible decir en pocas palabras lo que significa ese “reino”. En esta catequesis lo que pretendemos es, sencillamente, intentar aproximarnos a lo que es y significa para el hombre de todos los tiempos la proclamación gozosa de Jesús de que el reino de Dios está cerca.

Jesús anuncia a Dios, su Padre. Hablando del reino de Dios, Jesús anuncia simplemente a Dios. Nos dice: Dios es realmente Dios, es decir, tiene en sus manos los hilos del mundo. Jesús, al poner en el centro de su enseñanza la realeza de Dios, puso en claro que Dios debe ser para los hombres el centro de todo. Toda su predicación es el anuncio de quién es Dios, de su obrar y de su ser. El aspecto nuevo del mensaje de Jesús consiste en que él anuncia que Dios actúa precisamente ahora; ésta es la hora en que Dios, de una forma distinta a como lo hacía en el Antiguo Testamento, se nos manifiesta como el verdadero Señor de la historia, como el Dios vivo.

IX - El Anuncio del Reino de Dios

Catequesis de Mons. Escudero en Evangelización Digital



miércoles, 5 de diciembre de 2012

I Peregrinación a la Catedral en el Año de la Fe

El pasado 1 de diciembre, se celebró la primera de las Peregrinaciones Diocesanas a la S.I. Catedral de Palencia con motivo del Año de la Fe. En esta peregrinación participaron fieles del Arciprestazgo de Camino-Carrión y de las palentinas parroquias de San Lázaro y San Telmo.

Esta Peregrinación tuvo su primer gran momento en la celebración de la Eucaristía presidida por nuestro Obispo. Durante la mismas se hizo entrega a los peregrinos el Credo de nuestra fe... donde se recoge la síntesis de la fe que profesamos los católicos desde tiempos de los Apóstoles.

Acabada la Eucaristía los fieles se trasladaron -con velas encendidas- en procesión al Trascoro de la Catedral. Allí, tras una breve oración, nuestro Obispo bendijo a los presentes con agua del pozo de la Cripta de San Antolín. Con este simbólico gesto, nos entroncarnos en la corriente de todos los que han mantenido a lo largo de los siglos la fe en nuestro pueblo.

Con el canto de la Salve y la Bendición Final se dio por concluida esta primera Peregrinación a la Catedral en el Año de la Fe. Quedamos convocados para la siguiente, que se celebrará el próximo 22 de diciembre.